Y desperté 50 años en el tiempo, y allí estabas

con tu sonrisa de cada mañana, y esos ojos tan característicos que se te veían. A pesar de los meros recuerdos , sé que eras tú, que nada había cambiado. Que eramos tu y yo. Y , que, como me habías prometido, llevábamos toda la vida juntos. 

Tu nombre es la prueba de que existes con un grito eterno

Así el aspecto muere triste y famélico,viendo que nada cambia.Que la rabia duerme tras la traquea,siempre anclada en ese miedo que provoca arcadas.Pensando tanto ,diciendo nada.Sintiendo cada mirada minada por la costumbre.

Demasiado cielo para tan pocas alas

Somos puzzles incompletos.Esqueletos vagando histéricos mientras nuestro silencio se expande y hiere.

Caminos a pasos de gigantes,

pero, ni somos gigantes, ni queremos caminar..

Que el cielo sea solo azul y tan solo me sonrías tú